EL PRIMER VALLE
"Enseguida que
entres en el primer valle,
el de la búsqueda, cien penosas cosas te asaltarán
sin cesar.
A cada instante tendrás que experimentar en este lugar cien
pruebas;el loro del cielo no es más que una mosca allí.
Tendrás que pasar varios años
en este valle y
hacer penosos esfuerzos y cambiar allí de estado.
Tendrás que
abandonar en efecto tus riquezas y dejar todo lo que
posees.
Tendrás que entrar en un charco de sangre renunciando a todo;
y
cuando tengas la seguridad de que ya no tienes nada,
aún te quedará el despegar
tu corazón de todo lo que existe.
Cuando tu corazón esté salvado así de la
perdición,
verás brillar la pura luz de la majestad divina y,
cuando ésta se
manifieste a tu espíritu,
tus deseos se multiplicarán al infinito.
Aunque
hubiera entonces fuego en el camino del viajero espiritual
y mil nuevos valles
más penosos para atravesar los unos que los
otros, movido por su amor,
se
introducirá como un loco en estos valles y
se precipitará como la mariposa en
medio de las llamas.
Empujado por su delirio,
se entregará a la búsqueda
simbolizada por este valle;
pedirá a su escanciador un trago de ella.
Cuando
haya bebido algunas gotas de este vino,
se olvidará de los dos mundos.
Sumergido en el océano de la inmensidad,
tendrá sin embargo los labios secos y
sólo podrá pedir a su propio corazón el secreto
de la eterna belleza.
En su
deseo de conocer esta belleza,
no temerá a los dragones que quieren devorarlo.
Si, en este momento,
la fe y la infidelidad se presentaran juntas a él,
las
recibiría igualmente gustoso,
siempre que ellas le abrieran la puerta
que debía
hacerle llegar a su meta.
En efecto, cuando esta puerta le está abierta,
¿qué
es entonces la fe o la infidelidad,
puesto que al otro lado de la puerta no hay
ni la una ni la otra?"
Farid-Uddin-Attar "La asamblea de los pájaros".
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