LA EPOPEYA DE GILGAMESH




1ª PARTE

(I) Aquel que vio todo hasta los confines de la tierra, Que todas las cosas experimentó, consideró todo. [...] juntamente [...], [...] de sabiduría, que todas las cosas.[..]. (5) Lo oculto vio, desveló lo velado. Informó antes del Diluvio, Llevó a cabo un largo viaje, cansado y derrengado. Todo su afán grabó en
una estela de piedra. De la terraplenada Uruk el muro construyó, Del reverenciado Eannal, el santuario puro. ¡Contempla su muralla exterior, cuya cornisa es como el cobre! ¡Mira la
muralla interior, que nada iguala! ¡Advierte su umbral, que de antiguo viene! Acércate a Eanna, la morada de Istar, Que ni un rey futuro, ni un hombre,
puede igualar. Levántate y anda por los muros de Uruk, Inspecciona la terraza de la base, examina sus ladrillos: ¿No es obra de ladrillo quemado? ¿No echaron sus cimientos los Siete
Sabios?



2 PARTE


Dos tercios de él son dios, [un tercio de él es humano]. La forma de su cuerpo[...] (3-7) (líneas mutiladas o ausentes) (8) [...] como un buey salvaje altivo [...]; El empuje de sus armas no tiene par. Mediante el tambor se
reúnen sus compañeros. Los nobles de Uruk están sombríos en sus cámaras: «Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche es desenfrenada su
arrogancia. ¿Es éste Gilgamesh, el pastor de la amurallada Uruk? ¿Es éste nuestro pastor, osado, majestuoso, sabio?
Gilgamesh no deja la doncella a su madre, ¡La hija de guerrero, la esposa del
noble! Los dioses escucharon sus quejas. Los dioses del cielo del señor de
Uruk ellos... :
«¿No parió Aruru este fuerte buey salvaje? El empuje de sus armas en
verdad no tiene par. Mediante el tambor se reúnen sus compañeros.
Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche es desenfrenada su
arrogancia.
¿Es éste el pastor de la amurallada Uruk? ¿Es éste su [...] pastor, Osado,
majestuoso (y) sabio?...
Gilgamesh no deja la doncella a su madre, ¡La hija del guerrero, la esposa
del noble!»

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